Despertamos sin sol. Sentimos que la temperatura ha bajado.
Desayunamos. Hoy iremos por fin a la Casa Azul de Frida Khalo. Emotion.
Nos acompaña Rafael. No conoce el museo, sólo por fuera. Hay muchos mejicanos que no han entrado en la casa de Frida. Pienso que yo nunca he entrado en la Sagrada Familia.
Acompañamos primero a Rafael a una tienda de bellas artes. Tiene que devolver una muestra de marco. De allí vamos al parking donde tiene su coche. Lo pillamos. Vamos hacia Coyoacán, el barrio donde está la Casa Azul. De camino pasamos por un sinfín de calles y travesías. Es la primera vez en DF que vibro viendo las fachadas y el caos perfecto. Mi corazón va a mil. Definitivamente esta ciudad me emociona.
Llegamos. Buscamos un sitio para comer. Damos una vuelta por el mercado, está lleno de puestecitos pero decidimos ir a hacer una corrida (un menú diario) en un bar. El mercado es pintoresco. Me recuerda al mercado de San José de Costa Rica, cuando fui hace años con mis amigas del instituto. Recuerdo perfectamente la sensación. Ahora vuelve a ser la misma.
Comemos un menú y vamos al museu. Hay un poco de cola, creo que son los primeros turistas que veo. El azul del exterior de la casa es demoledor. Según Frida el azul es electricidad y amor puro.
Entramos. La casa es muy grande. Allí creció Frida con sus padres y 3 hermanos. Y más tarde volvió con Diego. Su vida es apasionante pero muy cruda. Recuerdo cuando me leí su diario hace años. Sus emociones retornan de golpe. De repente en la pared, una frase lapidaria:
"Jamás en toda la vida olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste íntegra, entera"
Rico y yo la leemos, nos miramos. Nuestros ojos empiezan a brillar. Yo me separo y me dirijo a otra estancia, él se queda allí con su emoción. Yo con la mía. Toda la visita es conmovedora. No sé que tiene Frida que me trasbalsa. Sus ganas de vivir en medio de tanto dolor, su amor por Diego. Ese amor puro, indestructible. Me quedo rota para el resto de la visita.
Nos vamos en coche. Aún emocionada. Llegamos y descansamos un rato, por la noche hemos quedado con Mireya y Consuelo, nos van a sacar de fiesta.
Quedamos en la Condesa. El barrio me gusta más de noche. Vamos a un sitio emblemático de tacos. Pedimos vino y unos tacos alucinantes. De allí a una fiesta de la gente del medio (cine, publicidad). Es una sala adjunta a un restaurante. Hay un DJ. Comentamos con Rico que parece que sean los 80. La gente baila y fuma.
De allí nos vamos al Under, una especie de edificio hecho discoteca. Me recuerda muchísimo a la noche de Londres. El sitio es acojonante. Dos pisos en los que las estancias se han convertido en pequeñas salas. En una toca una banda y la gente baila. Inaudito... En otra la gente está sentada en sofás. En otra suena The Cure. Es un antro oscuro, lleno de calaveras por todas partes, y todo el mundo viste de oscuro. Mucha tachuela, mucha cresta. El look de la peña me encanta. Me siento como pez en el agua.
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