Pasamos el lunes con Mireya. Nos invita a comer a su casa. Trae unas tortas riquísmas que hacen al lado de su casa. Después nos acompaña a la Ciudadela, un mercado de artesanía. Decidimos arrasar otro día. Luego vamos al Museo de Artesanía y a tomar un café al Starbucks mexicano, Cielito Querido Café, mucho más carismático. Está al ladito del Barrio Chino, una calle y media de restaurantes chinos básicamente... Mireya nos explica mil cosas de México. Es una gozada pasear con ella por DF. De allí vamos al súper más grande que he visto hasta el momento. Nos despedimos de Mireya. Vamos a casa y Rico cocina una tortilla de patatas. Ñami!
Al día siguiente hemos quedado con Mireya para ir a Polanco a una reunión importante. El barrio viene a ser la zona alta de cualquier ciudad. Las calles están limpias, muchos ejecutivos, los cafés son muy cucos, rollo belgas, con tiendas italianas... De allí a casa a descansar. Las distancias son tan largas que tienes que levanarte mil horas antes de lo normal. Por la tarde emprendemos la promo. Hemos quedado con Alejandro y varios medios en el Centro Cultural Español, muy cerca de casa, al lado del Zócalo. El centro es curioso, es una casa antigua en la que hacen expos, talleres... subimos al bar de la terraza. Da a la espalda de la catedral y a la izquierda se divisan unas ruinas aztecas. DF está asentada encima una ciudad azteca enorme. Y ésta encima un lago. Por eso tiende a sufrir sismos muy a menudo. De momento no hemos vivido ninguno. Pero sólo la idea de que pueda pasar me fascina.
Me entrevistan varios medios. Nos sobra un poco de tiempo y charlamos con Alejandro de lo que haremos en los próximos días. Viajaremos a Tamaulipas, Monterrey, Guadalajara y Cuernavaca. Es su toque personal: llevar a los artistas a provincias, fuera de DF. Nos habla de la narcomoda. El narcotráfico está muy arraigado a la cultura mexicana, 6 de cada 10 personas están metidas. Nos cuenta que ahora se estila la narcomoda, la gente viste y quiere ser como los narcos. Es un estilo de vida y actitud que se traduce en la manera de vestir, en la música norteña, en querer ser como ellos.
Pillamos el metro y nos dirigimos al primer ensayo de Mürfila con banda! Nervios... El barrio donde está el local no tiene muy buena pinta, la verdad, pero nos informamos previamente y nos dicen que es seguro. Es de noche y con Rico nos perdemos. Damos vuelta atrás. Es un barrio más resdidencial. Al fin llegamos a los locales. Es una casa adjunta a una propiedad. Subes una escalera y allí están varios locales. Tienen de todo. Me alquilan una guitarra. La banda ya ha llegado. Están Jordi, el batería, Javi el guitarra, y Guillermo el bajista que aún no conocía. Empezamos!
El ensayo va bien. Suena duro y todo bastante a la primera. Experimentamos con Bang Bang (quiero hacerlo eléctrico) y finalmente damos con el rollo. Quedamos para ensayar el viernes.
Volvemos a casa agotados pero contentos. Una torta en Salón Corona y a dormir...
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